Lore de la Campaña de los Kyrianos

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Quienes han llevado una vida de servicio son llevados a Bastión para dedicarse a la más honorable de las tareas: escoltar las almas hasta las Tierras Sombrías. Entre sus altas torres y sus brillantes y extensos paisajes hay desafíos que solo están al alcance de los elegidos.

Entre los kyrianos

Después de que decidieras alinearte con la curia Kyriana regresaste a Bastión, donde te esperaba una gran recepción y la propia Arconte te dio la bienvenida. Se te informó de las funciones de tu nueva base de operaciones en el Fuerte Elisio y vinculaste tu alma con la del aspirante Pelagos.

Torghast

El alto señor Bolvar Fordragón te envió a Torghast, Torre de los Condenados, a rescatar a Baine Pezuña de Sangre de las garras del celador Arkoban.

Con Baine ya a salvo en Oribos, regresaste a Torghast con una de las llaves del celador para adentrarte aún más en las profundidades de la torre. Tu búsqueda te condujo a un misterioso prisionero conocido como el Grabador de Runas.

Recuperaste de Las Fauces uno de sus recuerdos y colaboraste con Ve’nari para liberarlo de una de sus ataduras. A cambio, el Grabadaor de Runas se ha ofrecido a ayudarte a fabricar una poderosa armadura.

Prueba de ascensión

Ayudaste a Kleia en su prueba final en el camino de la ascensión, donde ayudaste a realizar el rito de orientación para abrir el camino a través del velo. Al cruzar, presenciaste los últimos instantes de una vida, antes de acompañarla a las Tierras Sombrías. En Oribos, Kleia descubrió la verdad sobre la sequía: están enviando almas directamente a Las Fauces.

Con tu ayuda, Kleia se convirtió en ascendida, pero un ataque abjurante contra el Fuerte Elisio, comandado por Uther, interrumpió la ceremonia y dañó la cresta de ascensión. Tras rechazar el ataque, Kleia pidió ser tu segundo nexo de almas.

En las Agujas de Ascensión, ayudaste a detener el ataque final de los Abjurantes y a derrotar por fin a su líder Devos, dechado de la lealtad.

Phaestus, Génesis de Eones

Sin la cresta de ascensión no puede ascender ningún nuevo kyriano. Viajaste a la Forja Eterna y te encontraste con Mikanikos, forjador supremo de Bastión, para recuperar el legendario martillo Phaestus y construir de nuevo la cresta.

Sin embargo, la gran forja estaba bajo el control de los Abjurantes. Mientras rechazabas la amenaza ayudaste a Mikanikos a completar a Bron, un goliat modificado que resultó decisivo para forzar al enemigo a retirarse al Templo de la Lealtad. Con Phaestus por fin en tus manos, pudiste reconstruir la cresta de ascensión, haciéndola aún más fuerte que antes.

Castigo merecido

Alexandros Mograine, de Maldraxxus, visitó el Fuerte Elisio con la propuesta de reunir fuerzas. Confiaba en que juntos sería posible acabar con el depravado margrave Gharmal, que dirigió el ataque sorpresa contra el Templo del Coraje.

Xandria y tú os encontrasteis con Draka y Alexandros a bordo de la necrópolis Zerekriss, y organizasteis un ataque a gran escala contra las fuerzas del margrave en la Casa de los Ensamblajes para forzarlo a abandonarla.

Tras derrotar a Gharmal, Xandria extrajo el corazón del formador de carne, por indicación de Alexandros. El corazón fue transportado al Fuerte Elisio y colocado en la cresta de ascensión, lo que aumentó en gran medida su poder.

El Sello de contrición

Espoleados por el éxito en Maldraxxus, Kleia, Pelagos y tú viajasteis a Revendreth en busca de nuevas potenciaciones para la cresta de ascensión.

La conservadora sabía que el sello de contrición podría servir, pero ignoraba su paradero. Quien sí lo conocía era la condesa. Tras dar con la piedra del pegado de la condesa, conseguiste convencerla de que te dijera lo que sabía.

Tu búsqueda te llevó al Distrito de las Ascuas, donde Alwin, antiguo propietario, te condujo hasta el actual poseedor del sello: el duque Vielle. Mataste al duque, recuperaste el sello y regresaste a Bastión. Allí, Kalisthene informó de que Lysonia dirigía ahora a los Abjurantes. Se colocó el sello en la cresta para potenciarla aún más.

Un receptáculo de Ardenweald

Para potenciar aún más la cresta, Pelagos y tú viajasteis a Ardenweald en busca de la magia de la Reina del Invierno. Aunque esta se mostró dispuesta a ayudaros, dijo que ese poder requería algo que lo contuviera. El hada Sauceflor se ofreció a ayudaros a preparar un receptáculo adecuado para contener la magia de Ardenweald.

Tras salvar a Gusanito de unos tramposos spriggans y realizar unos cuantos trucos, obtuviste los ingredientes necesarios para el ritual. Entonces comprendiste que sería Sauceflor quien se convertiría en el receptáculo, entregando así su vida.

Su sacrificio no fue en vano, ya que el receptáculo completó la cresta de ascensión. Una vez sellada, la cresta se potenció al máximo y quedó protegida de futuros ataques.

Aproximación

Unos exploradores kyrianos siguieron el rastro de Lysonia, nueva líder de los Abjurantes, hasta el Templo de la Humildad. Kleia y tú envitasteis que los kyrianos se dejasen llevar por el orgullo. Y usasteis la legendaria Compasión, hoja del dechado de la humildad, para acabar con la ocupación abjurante.

Cuando llegasteis hasta la ubicación de Lysonia y Chyrus, Helya abrió un portal que permitió a Lysonia y a Uther escapar a Las Fauces. La perseguisteis y terminasteis por enfrentaros a una poderosa manifestación del orgullo de Lysonia después de que esta traicionara a Uther en un ritual oscuro. Acompañasteis a Uther fuera de Las Fauces y os separasteis para prepararos para el ataque final contra Lysonia.

El tañido de la campana

Estando próximo el asalto final a la ciudadela de los Abjurantes, en el Templo de la Lealtad, contactaste con los dechados para idear un plan y poner en acción a los kyrianos. El poder combinado de las tropas de la Arconte atacó el templo desde todos los flancos, hasta que Lysonia reveló que había alejado a los kyrianos del Fuerte Elisio para que la Arconte quedara vulnerable.

Volviste al fuerte para defenderla, pero Lysonia había desatado todo su poder de Las Fauces. Uther llegó para ayudar a derrotar a su antigua maestra y cambiaron las tornas de la batalla hasta que la Arconte asestó el golpe final.

Uther fue indultado y viajó con Thenios al Templo de la Sabiduría para ahondar en su aflicción.

Continuará…