La Batalla de Ardenweald
Un terrible ataque a Bastión ha dejado herida a la Arconte y Ardenweald es el próximo objetivo del Carcelero. El alto señor Bolvar te ha encargado que protejas el sigilo de la Reina del Invierno.
Tras una cruenta batalla para proteger Ardenweald, Sylvanas y Tyrande por fin se batieron en duelo. Pero el poder de la Guerrera Nocturna era demasiado intenso.
Durante el caos, Anduin, dominado por el Carcelero, se infiltró en las filas de las curias y robó el sigilo de la Reina del Invierno.
Caminantes de Las Fauces
Tras colaborar con Ve’nari, pudiste abrir una antigua puerta en el nuevo paisaje de Korthia. Una vez activada, la puerta abrió un portal a Oribos, lo que ayudó a tus aliados a establecer una posición para entrar y salir de Las Fauces.
Enfocando la Mirada
Cuando ayudaste a Ve’nari, usaste un dispositivo korthiano que te llevó a Desmotaeron, donde descubriste las fuerzas del barón Vyraz.
Encontraste a una Val’kyr, Danica, y la liberaste. Tras recabar la ayuda de Odyn, obligaste a la Mirada del Carcelero a retirarse al interior de los muros de Torghast.
El Último sigilo
Te enfrentaste a las fuerzas del Carcelero en una carrera contrarreloj para hallar el modo de abrir la cámara de Korthia.
Una vez dentro, te hiciste con un sigilo y se lo llevaste al Grabador de Runas de Torghast.
Cuando le entregaste el sigilo al Grabador de Runas, éste recuperó sus recuerdos y reveló que el prisionero de Torghast no era otro que el Prelado de Maldraxxus.
El Carcelero hizo su aparición para recuperar el sigilo. Justo cuando parecía que la victoria estaba al alcance de la mano, se apoderó de él a través de su arma: Anduin Wrynn.
El Carcelero se marchó dejándoos al Prelado y a ti con vida. Antes de salir de Torghast, el Prelado recreó una ilusión del Grabador de Runas para ayudar a las almas que seguían atrapadas en el interior de Torghast.
Una vez fuera de la torre, el Prelado y tú os adentrasteis en Korthia para preparar vuestra estrategia contra el Carcelero.
Un ejército de hueso y acero
Con el regreso del Prelado, las fuerzas de Maldraxxus se prepararon para un asalto total a Las Fauces. Marcharon hacia Desmotaeron, una fortificación situada a los pies del Sagrario de Dominación y controlada por Helya y Vyraz.
El ataque a Desmotaeron tuvo éxito. El Prelado volvió a desterrar a Helya a Helheim y Vyraz murió. Conjuradas las amenazas más inminentes, las fuerzas de las curias podían centrarse en problemas más cercanos… y Maldraxxus tenía vía libre para crear un sigilo nuevo.
Los invitados ocultos
Como respuesta a las incursiones de los Señores del Terror infiltrados, el Prelado te envió a Revendreth para buscar a una posible aliada: la Pedregosa.
Allí se descubrió que los Señores del Terror se habían vuelto a infiltrar en su antiguo hogar con el fin de rescatar al sire Denathrius de su prisión. Aunque lograron su objetivo, la Pedregosa se comprometió a enviar a su Legión Pétrea para ayudar en la campaña Korthiana. Revendreth ya era libre para crear un sigilo nuevo.
El poder de la noche
Se solicitó tu presencia en Ardenweald y se te pidió que buscaras a dos antiguas Guerreras Nocturnas para salvarle la vida a Tyrande Susurravientos. Te reuniste con Huln Monte Alto en Maldraxxus y encontrasteis a Khaliiq. Después os dirigisteis a Revendreth, donde encontrasteis a la Pedregosa.
Tras volver a Ardenweald, participaste en un ritual para salvar a Tyrande. El ritual se torció, pero, gracias a la intervención de un poder superior, pudisteis estabilizar el poder de Tyrande. Ahora que el corazón había sanado, la Reina del Invierno pudo restaurar el sigilo perdido de Ardenweald.
Lo que está por venir
El Carcelero expandió Las Fauces para envolver Oribos, se fusionó con la Enjuiciadora y se hizo con el último sigilo. Abrió un portal al misterioso Sepulcro y huyó. En Korthia, el Prelado reveló que Zovaal había sido en su día Enjuiciador, pero que lo despojaron de su poder y lo arrojaron a Las Fauces.
En el momento álgido de la batalla en Torghast, Sylvanas Brisaveloz desafió al Carcelero cuando este amenazaba con dominar toda la realidad. Como respuesta, él la imbuyó de un cristal de alma que la dejó incapacitada. Bolvar Fordragón ordenó que la encerraran y ahora pretende averiguar qué sabe acerca de los planes del Carcelero.
Anduin Wrynn seguía dominado por la voluntad del Carcelero, pero pudo dejar una despedida final a sus amigos y aliados. Jaina Valiente juró liberar al joven rey de su cautiverio antes de que fuera demasiado tarde.
Aunque el Prelado dispone ahora de sigilos reforjados de las curias, debe hallar el modo de reemplazar el sigilo de la Enjuiciadora para poder abrir otro portal y perseguir al Carcelero. Entretanto, te ha encargado que continúes defendiendo las Tierras Sombrías de los jurafauces.