Revendreth, un reino de torreones y pueblos góticos, es el hogar de los venthyr, o cosechadores del pecado. Las desdichadas almas que acaban aquí pueden redimirse por su fechorías… o ser pasto de los apetitos de sus guardianes.
Salto del Pecado
Para detener la amenaza que se cierne sobre las Tierras Sombrías y sobre la realidad en sí misma se necesitará la lealtad de los habitantes de Revendreth. Para ello, juraste servir al príncipe Renathal y a su nueva Corte de los Cosechadores, con el fin de cambiar las tornas de este conflicto y devolver el ánima robada a sus respectivos reinos.
Con tu ayuda, el príncipe Renathal recuperó las antiguas ruinas del Salto del Pecado para que las usases como base de operaciones. Tras familiarizarte con el Salto del Pecado, te enviaron a Las Fauces a hablar con Ve’nari.
La especuladora te dio un objeto llamado guardián de almas, que te permitía rescatar almas de Las Fauces. Mientras preparabas una baliza para Ve’nari, viste que se llevaban a Baine Pezuña de Sangre a Torghast. Tras recuperar su maza, regresaste a Oribos e informaste a Bolvar de lo que habías visto.
Bolvar te dijo que idearía un plan para rescatar a Baine. Mientras tanto, te presentaste de nuevo en el Salto del Pecado con las almas que habías salvado y creaste un nexo de almas con Nadja la Hojaniebla.
Torghast
El alto Bolvar Fordragón te envió a Torghast, Torre de los Condenados, a rescatar a Baine Pezuña de Sangre de las garras del celador Arkoban.
Con Baine ya a salvo en Oribos, regresaste a Torghast con una de las llaves del celador para adentrarte aún más en las profundidades de la torre. Tu búsqueda te condujo a un misterioso prisionero conocido como el Grabador de Runas.
Recuperaste de Las Fauces uno de sus recuerdos y colaboraste con Ve’nari para liberarlo de una de sus ataduras. A cambio, el Grabador de Runas se ha ofrecido a ayudarte a fabricar una poderosa armadura.
La Corte de los Cosechadores
El príncipe Renathal tiene un plan para hacerse con el control de Revendreth, al margen de que el sire Denathrius esté o no aún en el poder. Con ese fin, ha contratado tus servicios para convocar una reunión de la Corte de los Cosechadores en la Torre Muroscuro.
Gracias a tus contactos y a tus técnicas de infiltración, has conseguido enviar una invitación a los tres cosechadores que quizás estén dispuestos a dialogar. Dado que el príncipe, la acusadora y la conservadora están ya de tu parte, la Corte se puede reunir con seis de sus siete miembros.
La Corte se reunió y el príncipe expuso su plan: combinar los medallones de los cosechadores para hacerse con el control de Revendreth. Pero las palabras del príncipe Renathal no convencieron a los venthyr, que no estaban dispuestos a renunciar a sus medallones. Renathal había perdido en demasiadas ocasiones como para merecer su confianza.
Orgullo
Con la ayuda de otros aliados de Azeroth, conseguiste recuperar el medallón de orgullo de manos del malvado lord Chambelán. Aunque las Salas de la Expiación siguen manos de los leales a Denathrius, el poder que albergan está muy debilitado.
Deseo
La condesa posee el medallón de deseo y gobierna el Distrito del Castillo, así como a sus nobles. Theotar, el Duque Loco, tiene un plan que podría servir para conseguir el medallón de la condesa sin ganarte su enemistad.
Theotar te ha enviado a la Puerta Vieja en busca de su viejo mayordomo y del personal de la casa. El plan es encontrar un pasaje secreto hacia los aposentos privados de la condesa en la vieja mansión de Theotar. Desde ahí podrás robar el medallón.
Al asegurar la vieja residencia de Theotar, has podido usar un espejo para entrar en los aposentos de la condesa. Sin embargo, ella te estaba esperando… junto a sus guardias.
Nadie te había invitado, pero te estaban esperando. La condesa te ha propuesto una alternativa al robo del medallón. Si la ayudas a acabar con sus oponentes, te entregará el medallón gustosa.
Para ello, la condesa te envió al distrito noble de Redelav, donde conseguiste champiñones venenosos, invitaste a la élite a una fiesta y asesinaste a lord Andrei, uno de sus rivales políticos.
Mientras asistías a una fiesta organizada por la condesa, aprovechaste para hacer preguntas a los diversos invitados. Y descubriste qué casa conspiraba con lord Andrei para eliminar a la condesa.
Después de acusar a la casa de conspirar contra la condesa, eliminaste a su líder de manera pública y fulminante. Agradecida, la condesa te entregó su medallón, tras convencerse de que su poder proviene de… otras habilidades.
Avaricia
La conservadora, cosechadora de avaricia, ocultó su medallón antes de que la exiliaran a Las Fauces. Ahora que ha vuelto, no tiene la mente lo bastante lúcida como para recuperar el medallón por su cuenta. Necesita tu ayuda en el Distrito de las Catacumbas.
La conservadora escondió su medallón al otro lado de un espejo muy especial. Antes de ser capturada, rompió el espejo y confió las dos mitades a sus secuaces.
Tras investigar las catacumbas, has conseguido rescatar al vigía Emil, el ayudante más fiel de la conservadora, junto a su mitad del espejo.
La segunda mitad del espejo estaba en manos del traicionero guardián de pecados Mateo, un antiguo protegido de la conservadora que tenía más ambición que sentido común. Asaltaste la antigua mansión de la conservadora en Archivam y conseguiste recuperar la otra mitad del espejo.
Una vez reparado el espejo, pudiste aventurarte en la cripta secreta y sacar el medallón de avaricia de su escondite.
El príncipe coronado
El plan del príncipe Renathal de utilizar el poder de los medallones precisa de un conducto que canalice la energía. Revendreth no dispone de artesanos capaces de crear un artefacto así.
El príncipe Renathal te envía a Bastión a encargar la contrucción del artefacto. El plan es restaurar el antiguo espejo allí. Aunque las fuerzas de Revendreth lo usaran con fines malvados en el pasado, ahora permitirá que el general Draven y Theotar se unan a ti.
El general Draven consiguió solicitar la ayuda de Mikanikos, el forjador supremo, tras una tensa convresación con los habitantes de Bastión. Draven se ofreció a solucionar y reparar los sabotajes llevados a cabo por Revendreth.
Con tu ayuda, Theotar y Draven fueron capaces de corregir el daño causado en las forjas de Bastión y rechazar a los abjurantes que ocupaban la zona el tiempo suficiente para forjar el artefacto.
Y la corona de los cosechadores se forjó en plena batalla.
El poder desenfrenado de la corona resultó ser demasiado potente para que un simple mortal la llevara, además de estar saturada de ecos de Denathrius. Era necesario que la purificaras en el Templo de la Lealtad, tras abrirte paso entre legiones de kyrianos abjurantes.
Tras purgarla de la voluntad del Maestro, lograste llevarle la nueva corona al príncipe Renathal.
Confrontación con el pecado
Durante una incursión al castillo de Nathria, se liberó una poderosa alma corrupta de los experimentos oscuros del Maestro. La acusadora te ha pedido que ayudes a Kael’thas Caminante del Sol, un poderoso príncipe y mago de antaño, a alcanzar su expiación.
Junto a la acusadora, lograste liberar el alma de Kael’thas Caminante del Sol del ánima corrupta que le había imbuido el Maestro.
Mientras ayudabas a Kael’thas a expiar sus acciones del pasado, ambos descubristeis una conspiración en el Distrito del Cáliz de Revendreth. Los venthyr que se habían opuesto abiertamente al príncipe Renathal estaban recibiendo armamento maldraxxi y trabajaban para un exánime misterioso.
Kael’thas estaba convencido de que, para averiguar más detalles sobre la conspiración, había que espiar al señor del diezmo, cosechador de envidia y actual custodio del Distrito de la Aldea.
En compañía de Kael’thas, seguiste al señor del diezmo hasta descubrir un campamento de tropas de Maldraxxus dentro del Distrito de la Aldea; estas tropas trabajaban directamente para el señor del diezmo. Tras derrotar al exánime al mando, informaste de lo sucedido al príncipe Renatha.
Envidia
Tras descubrir la conexión del señor del diezmo con Maldraxxus, el príncipe Renathal solicitó la ayuda de la baronesa Draka para capturar a las tropas maldraxxi. Había llegado la hora de que el cosechador de envidia perdiera su medallón.
Con la ayuda de Renathal y Draka, te uniste a la batalla en el Distrito de la Aldea. Allí liberaste a los venthyr que se marchitaban bajo el yugo de las exigencias del señor del diezmo y los convenciste para que se aliaran con el Salto del Pecado.
Tras interrumpir las líneas de suministros del señor del diezmo, derrotar a sus mejores natopiedra y ayudar a su pueblo a rebelarse contra él, había llegado el momento de enfrentarse al cosechador en su propio hogar.
Al usar el ánima del señor del diezmo en su contra, lograste derrotar al cosechador de envidia y conseguir su medallón para el Salto del Pecado. Pero, en la batalla, también descubriste que su contacto en Maldraxxus era el mismísimo archiexánime Kel’Thuzad, que ahora porta el medallón de dominio.
Continuará…